Sunday, November 22, 2015

11/22/2015 – Homilía - Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo – Ciclo B – Juan 18,33b-37

      Estamos en el último domingo del año litúrgico en la Iglesia Católica, una fecha muy importante en nuestra vida de fe.  El Papa Pio XI, en el 11 de diciembre de 1925, proclamó la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, para cerrar el tiempo ordinario de nuestro año litúrgico en la Iglesia ante de empezar el tiempo de preparación en adviento.  El Evangelio que escuchamos hoy es interesante sobre Cristo como el rey del universo – es un conversación entre Cristo y Poncio Pilato.  Tal vez la proclamación mas significada viene al fin del Evangelio.  Jesús declara: “Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan.”  Entonces, si Cristo es nuestro rey, ¿Qué vamos a hacer para proclamar su reino en nuestra comunidad? ¿Como buscaremos la verdad de Cristo y de su reino en nuestra vida diaria?
       Cuando escuchamos las palabras sobre los reinos y los reyes en nuestro Evangelio, tal vez pensamos en los reinos que los seres humanos construyen aquí en la tierra.  Hay muchos reyes y reinas en la historia del mundo – mucho reinos también.  En el siglo diez y seis, el Rey Felipe Segundo construyó un palacio en España  con las riquezas de oro y plata de sus colonias en América Latina.  Los planes de este palacio tienen su inspiración en el Templo de Salomón en Jerusalén.  El concepto de los reinos y los países en la tierra es para construir un reino aquí de riquezas, abundancia, y prosperidad como un reflejo de la grandeza del reino eterno de Dios y de su poder.  Irónicamente, los planes del Rey Felipe Segundo para construir este palacio tremendo arruinó su país y ahora es un museo que los turistas visitan.  No es un sitio de poder y influencia. 
      Tenemos muchos ejemplos de los reinos aquí en la tierra – reinos como la cima de poder y predominio.   Le preguntó Pilato a Jesús: “¿Eres tú el Rey de los judíos?” Pilato, como el gobernador romano de Israel, nos perece que tiene poder sin limites.  Y Pilato preguntaba a Jesús, un hombre sin muchas riquezas y sin mucho poder terrestre, si él es rey.  En su respuesta a Pilato, Jesús explicó que vino al mundo para predicar la verdad.  Cristo mostró que el poder verdadero y la autoridad verdadera no vienen de puestos o títulos, pero de la fuerza interior de una persona.  Cristo tiene su poder en la verdad de Dios, en la verdad que no tiene limites.
      Somos bautizados, somos católicos, vamos a la misa – pero todo de eso no significa que Cristo es nuestro Rey en nuestra vida diaria.  La verdad en el Reino de Dios y en el reino de Cristo como nuestro Rey representan la proclamación de la vida y las enseñanzas de Cristo en el pasado, la proclamación del presente del testigo de nuestra Iglesia y la manera que los católicos viven fielmente su fe, y la proclamación en el futuro en la plenitud del Reino de Dios. Cuando trabajaba como párroco de la parroquia de Santa María en Yazoo City, una viejita trabajaba con los niños chiquitos en la guardaría durante las clases de la doctrina.  Esta señora leía un libro con un muchacho.  En una pagina de este libro, había una corona chiquita.  La viejita preguntó al muchacho: “Que significa esta corona.”  El muchacho respondió: “Esta corona es la corona de Cristo – el rey de los reyes.”  En su inocencia y en su honestad, un niño puede reconocer la identidad de Cristo como el rey del universo. 
      Queremos decir que somos miembros del Reino de Cristo.  Entonces, necesitamos caminar con Cristo cada día.  En este mes de diciembre, hay muchas celebraciones en nuestra iglesia. Vamos a empezar el año de misericordia, declarado por el Papa Francisco. Vamos a celebrar el mes de preparación del adviento y el nacimiento de nuestro Salvador en navidad.   Tenemos la celebración de nuestra Señora de Guadalupe y la Inmaculada Concepción.  Pero, si ustedes no contribuyen o participan en estas celebraciones y en la vida de nuestra Iglesia, como podemos decir que Cristo es el Rey de nuestra vida. Tuvimos una oportunidad para tener el misionero laico Christian Huerta con nosotros para nuestra misión parroquial la semana pasada. Pero, la verdad es que muchos adultos y muchos jóvenes no asistieron a esta misión.  Muchas personas de New Albany y Columbus y Oxford y Booneville asistieron, pero muchos de nuestros miembros no estaban.  ¿Y por qué?  Yo no entiendo.  El tenía un mensaje muy importante, pero muchos de nuestros miembros no estaban allí para aprovechar de esta experiencia.  Muy triste.  En verdad, es muy triste.  Entonces, como podemos tener Cristo como el Rey en nuestra vida?  La respuesta habita en nuestros corazones. 

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