Monday, August 4, 2014

3 de agosto de 2014 – Decimo octavo domingo del Tiempo Ordinario – Mateo 14, 13-21 –

      La narración en el Evangelio de hoy es mas de un milagro que Jesús hizo en la multiplicación de los panes y los peces.  La muchedumbre estaba buscando algo. La muchedumbre tenía hambre, y ella estaba buscando algo para llenar esta hambre.  Una hambre física  - pero otras niveles de hambre también.  Pero, ellos estaban buscando un Salvador, un Mesías, un centro de su espiritualidad.  Nosotros, los fieles de nuestro mundo moderno, buscamos algo también.  Buscamos algo para satisfacer la hambre en nuestro espíritu, la hambre en nuestro corazón, el hambre de la búsqueda de significado en nuestra vida.
       Hoy, como un don de Dios, tenemos el milagro de la Eucaristía, el milagro del cuerpo y sangre Dios.  Hoy en la misa recibimos a Cristo como alimento de nuestra vida nueva.  Estamos unidos en la Iglesia, en la Eucaristía.  Estamos unidos como el Cuerpo de Cristo en el mundo, el Cuerpo de Cristo para continuar sus obras aquí.  Los discípulos han mirado la muchedumbre y ellos tenían miedo – ellos querían dispersar la muchedumbre porque ella tenía hambre.  Jesucristo no quería dispersar la muchedumbre.  Al contrario, Jesus quería unir. 
       ¿Cómo puede la comunidad hispana de nuestra parroquia de Santiago el Apóstol alimentar los miembros de nuestra comunidad de fe como Cristo alimentó a la muchedumbre en el Evangelio de hoy?  A veces, es un desafío y una cruz para nosotros.  El viernes pasado, tuvimos un momento de oración en nuestra iglesia sobre el asunto de inmigración y la crisis con los niños y jóvenes quienes entran la frontera de los Estados Unidos solitos.  Unos miembros de nuestra parroquia estaban preguntándome sobre la meta de esta momento de oración y la demostración que tuvimos afuera en frente de la iglesia.  Es difícil para tener una conversación sobre este tema.  Y en mi opinión, hay los problemas con inmigración ahora porque el gobierno federal tenía sus ojos cerrados sobre esta realidad por muchos años.  Si – es mas fácil si no conversamos sobre los temas como inmigración porque son temas polémicos.  Es mas fácil y mas tranquilo para tener nuestras cabezas en la arena y para decir que no hay ningún problema, que no importa que no tenemos solidaridad con los pobres o los extranjero o los oprimidos – que no importa esta enseñanza de justicia de los profetas en la Biblia. Pero un miembro de nuestra parroquia me explicó ayer que la iglesia no es un club social, que necesitamos conversar sobre justicia y los valores de nuestra fe. Estoy muy agradecido al ministerio hispano en nuestra parroquia y a las parroquias de Pontotoc y New Albany con su colaboración con nosotros en esta momento de oración.  Sabemos que nuestro camino de fe no es suave y no es fácil.  Pero, para mi, es una manera donde nuestra comunidad hispana puede alimentar nuestra parroquia y ser testigos de fe.  Gracias por su testimonio.

No comments:

Post a Comment